Ahí solita estaba la hojita aguantando las bajas temperaturas del otoño en la sierra de Madrid.
Me llamo la atención el contraste que formaban el azul profundo del agua al anochecer y el amarillo de la hoja de abedul. Obviando la temperatura de color, que debería haber sido cálida para atenuar la dominante azul, y con un poquito de flash sobre la hoja para salvarla y que siguiera amarilla, conseguiría guardar ese contraste que yo veía en ese momento. Después de dos resbalones, mantener el equilibrio con cámara, trípode, flash, cable disparador, musgo húmedo y agua corriendo, conseguí hacer dos fotos antes de que la hojita se reuniera con sus hermanas corriente abajo.
¿Y es que quien dijo que hacer fotos fuera fácil?
Me llamo la atención el contraste que formaban el azul profundo del agua al anochecer y el amarillo de la hoja de abedul. Obviando la temperatura de color, que debería haber sido cálida para atenuar la dominante azul, y con un poquito de flash sobre la hoja para salvarla y que siguiera amarilla, conseguiría guardar ese contraste que yo veía en ese momento. Después de dos resbalones, mantener el equilibrio con cámara, trípode, flash, cable disparador, musgo húmedo y agua corriendo, conseguí hacer dos fotos antes de que la hojita se reuniera con sus hermanas corriente abajo.
¿Y es que quien dijo que hacer fotos fuera fácil?
Pedazo de foto Luis.
ResponderEliminarLa textura del agua, los colores y la composición: de libro.
A ver si te prodigas un poquito más ahora que vienen las vacaciones de Navidad.
Está de p.m.!!!
ResponderEliminarMe alegro de ver que sigues con el vicio.
Me uno a la petición de Javi, a ver si te unes estas Navidades.
Un abrazo,
Fer